un hombre
recoge todas
las monedas
(que serán pocas)
de la fuente de
Trafalgar Square.
Mientras,
la muchedumbre
reunida para
comer
sonreír
gritar
dar de comer a las palomas
le mira asombrada
incluso le tira fotos
haciéndole creerse
un valiente loco.
El vigilante,
uniforme andante,
le pide
le suplica
que salga
please.
Él
levanta la vista
pero no se detiene
hasta recolectar
unas cuantas.
Y cuando se da
por satisfecho
salta afuera
con una pasmosa
tranquilidad.
Sí.
Muy mojado
de cintura para
abajo.
Siendo el centro
de atención
de toda la plaza.
Pero algo más rico
o menos pobre
(que está mejor
utilizado
según los tiempos
que corren)
que el resto.
Le enseña
las monedas
al guardia,
que sigue sorprendido.
Se las guard(i)a
en su bolsillo derecho
y se va,
sin fijarse
en su alrededor,
para continuar
su camino.
Todos
seguimos sus huellas
(los chorros que deja)
hasta que
le perdemos de vista
cuando entra en la calle
que sale hacia Westminster.
Salud,
compañero.
Que te siente
bien
la cerveza ganada
entre el agua
de la fuente.
(que no
por el sudor
de tu frente,
pero ahora
vale todo).
Cinco minutos después,
cuando dejo de escribir,
todavía llevo puesta
la sonrisa en la boca.
Y reabro
"La comedia humana".
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