jueves, 29 de abril de 2010

Y se elimina mi Barça en tu Champions.

Cada vez que te beso
se me encogen los labios.
Tengo miedo
de engancharme
a voz en grito.

Vienes y te vas,
Rápido.
Ten cuidado.

Estos días soleados
me piden robarte
y enseñarte
las calles de Madrid.

No importa
que las conozcas.

Estoy
en otro juego.
Me gustas tanto
que me gustaría
rodar contigo.
Sólos, ten cuidado,
sólo quiero verte sonreír.

Estos días de brisa
leo a Bukowski,
sí,
qué pesado,
pero aunque no diga
lo mismo...
Los mismos versos
me piden
enseñarte
mi localización.

Porque hoy olvido
para quererte,
mañana quiero
brillar en el centro
de la muchedumbre.

Me gusta tu...
Me gustás tú.

Venga, no finjas,
Algo queda
que aprovechar.

Y será mejor
para los dos.

No quiero
envolverte
en palabras.

Ni ceñirme a
momentos.

Quiero, te quiero,
no me pidas más,
si contigo encuentro
todo lo que busco.

Guapa.
Mierda, no tenía
que haberlo pronunciado.

Qué coño pasa,
es lo que siento,
ríete, sí,
sonríe,
entonces ya me vale.

Entonces...
atréteve
escóndete para que te busque
encuéntrame
fúgate conmigo.

¿No crees
que es más bonito Madrid?

Cobarde cuando te digo
que te quedes.
Tendría que obligarte.

Dicen que me brilla
el corazón.

Es mentira.
Sólo quiero oxidarlo.

Ya sé que sabes.
Ya sé que esto va bien.

Sólo quiero que sea mejor.
Que ardamos juntos,
quémate conmigo.

Mucho más
y más
y más.

Ven.
Que tengo ganas
de
besarte.

domingo, 18 de abril de 2010

Sólo cuando parece oscuro.

Reunimos los silencios,
y las miradas ensayan encontrarse.
El guión tiembla
para no resultar automático,
a solas con el acorde insistente
y acelerado del juguete rojo
sobre el que apostar hoy abriles.

El tic-tac multicolor me hace daño,
pero sólo me irrito
cuando desapareces,
y aparecen versos
incompletos.

Me estoy fumando
rincones de tus labios,
madrugadas escondidas
bajo el colchón
de una primavera
de idas y venidas,
y si te puedes quedar, mejor.

La huella que dejan
caladas de humo.
sólo
cuando
parece
oscuro.

jueves, 8 de abril de 2010

Todo a la chica.

Cuando pierdes un all-in
no te queda otra
que asumir los errores cometidos.

Falló el gesto
al dar la última calada.
O el nerviosismo constante
que impidió mantener la calma
del ganador.
(-¡NO¡
Fue el azar,
que siempre me jode.)

Nunca
tendría que haber dejado escapar
la media hora con aquella chica.
(sin contar los últimos
diez minutos
que provocaban más encuentros).

Jugaba pensando
en engancharme más tiempo
a sus labios.
Y arriesgarme
para abrir alguna sonrisa.
Y fumarme sus respiraciones.
(aunque no redujera
la cantidad de cigarrillos.)

He perdido.
Pero ahora tengo claro
a qué apostar.