sábado, 17 de septiembre de 2011

Vuelvo.

Este era
el momento
de volver
a la vereda
de los
versos,

por
necesidad.

Desde principios
de mayo
me quedé
en silencio

me acojonó
tanto hospital
tanto
"porque las
cosas cambian".

Y tanto que
han cambiado.

Que ahora cada
vez
que vuelvo
todo es tan
distinto.

Que falta
alegría.

Y los conductos
hacia mañana
están oxidados.

Que me ha
marcado
un nudo
de sangre
en la garganta
cada vez
que soy valiente
y pienso.

Que las dos
ruedas
ruedan
hacia atrás.

Y aún sujetando
el peso
creo que cada
vez que me voy
me dejo más
que una vida.

Dos manos
que se
ensucian
de dolor,

dos gritos
de querer
volver a casa.

Los dos ojos
que se clavan
en el techo

desatando
las cadenas
macizas de rabia.

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